Cada vez que una persona intenta hacer un tratamiento de descenso pautado por algún profesional, surge, entre otras cuestiones, el tema del rebote. O sea, la posibilidad que tiene toda persona gorda que baja de peso: volver a subirlo. Yo considero que el REBOTE no es físico sino conductual. El error fundamental consiste en no dejar sentado, bien aclarado, que una dieta es parte de un tratamiento para bajar de peso. Y hay gente que quiere eso: bajar de peso y luego….volver a comer como siempre. He ahí el tan mentado rebote. Desde el comienzo es fundamental descartar todo duda acerca de los efectos de una dieta de descenso d peso. No es mágica. Cumple, bien realizada, con el objetivo de lograr dicho descenso. El mantenimiento posterior del descenso logrado es otro objetivo muy distinto al descenso en sí. Una cosa es dejar de fumar un día, o dejar de tomar alcohol y otra es mantenerse sobrio, y sin fumar. A veces, pasamos la vida dejando cosas. Pero no nos damos cuenta de que somos adictos a HACER DIETA, a dejar cosas….y volver a tomarlas. Este sería el YO YO, que se suele denominar REBOTE. Pensar que alguien que siempre ha comido mucho, y logra poner límite por un tiempo a su actitud desbordada, la va a cambiar por una simple dieta restrictiva es simplificar mucho un trastorno como la obesidad. La persona que hace dieta debe realizar muchas otras cosas para asegurarse mínimamente la posibilidad de no recaer. Diría que cambiar de hábitos, frase trillada y remanida, es LA FRASE. Cambiar la comida de más por el placer que brinda el disfrute del propio cuerpo. Un cuerpo vivido en movimiento sano, sin sobre exigencias. Quiero hacer una diferenciación entre dos términos relevantes al respecto: ESFUERZO y EXIGENCIA. La exigencia al la que se expone una persona con treinta kilos de más al jugar al tenis, o al fútbol, o cualquier otro deporte de impacto, poniendo en riesgo sus articulaciones, sus huesos, exigencia totalmente irracional y autodesctructiva, debería ser considerada opuesta al concepto de ESFUERZO, donde éste se trabaja desde la noción del disfrute desde lo posible. Es forzarse en trabajar dentro de márgenes de seguridad, y agrandar la zona llamada de confort. El trabajo físico, sobre la base del ESFUERZO y del DISFRUTE, deberían entenderse como la contrapartida de LA EXIGENCIA DESPIADADA E IRRACIONAL y el PLACER HEDÓNICO a ultranza. Por eso, sin discutir la existencia de motivos de carácter fisiológico para hablar de un rebote, SOLO REBOTAN LAS PELOTAS. Las personas RECAEN, RECAEMOS CUANDO EL OBJETIVO NO ES CLARO, Y CUANDO EL PLACER DE COMER ES SUPERIOR AL DESEO DE VIVIR.

Lic Marta Giralt