En cualquier trastorno de ansiedad hay claramente una distorsión de la vivencia de la temporalidad. Cuando estamos expectantes de algo que tiene que ocurrir, como un examen a dar, una entrevista considerada importante, situaciones que cierran y marcan etapas, como terminar una carrera, cumplir años, casarse, tener un hijo, son situaciones ante las que el sentido del tiempo cobra, si esto fuese posible, otra forma, otro «calibre», y es percibido internamente de otra manera. Esta forma de vivenciar el paso del tiempo es, en las situaciones en que una persona se pone a dieta, de enorme importancia. Estar privándose de comer determinadas cosas «por un tiempo», así como poner una fecha de llegada al objetivo, puede ser vivido como algo dramático. -Cuando haga algo, lo voy a hacer con todo. Si no es así prefiero dejarlo para mas adelante… Cuando pueda ponerme las pilas¡¡¡¡ Esa exigencia de «hacer las cosas a la perfección» es uno de los primeros obstáculos para llevar a llevar a cabo una dieta posible. La mejor dieta es la que se hace. La dieta se hace ahora y con lo que uno cuenta, el estado de ánimo en que uno se encuentra, con el peso en que se está en este momento y en las circunstancias en que estamos viviendo, mas allà de que sean las ideales El tiempo de las dietas idealizadas es EL TIEMPO DEL CLIC, EL TIEMPO IDEAL PARA… Ese tiempo, nunca llega. Está el tiempo que vivo, con sus más y sus menos, con sus ganas y desgano, y con buenas y malas. AL MAL TIEMPO BUENA CARA, dice el proverbio. Si uno espera tener mas pilas para hacer una dieta, no la hará nunca, dado que cuanto mas excedido esté menos pilas va a tener. Y bien es sabido que cuando no se toman las riendas de la propia vida, y se decide a bajar lo excedido, se sigue subiendo… El paso del tiempo parece detenerse… y cuando uno entra en el sobrepeso, en el exceso, en la obesidad, aparece el «no registro» de lo que se hizo, de lo comido, de lo engordado… para pasar al solo registro de lo que hay PARA COMER, PARA BAJAR, PARA HACER Y NO HECHO. El mecanismo de la negación, que opera en todo exceso y en los trastornos de alimentación es rey de todos los mecanismos, produce un suspenso en la temporalidad cotidiana. Esta existe para todo aquello que no tenga que ver con el registro del «comer de más» y del engorde. Así, cuando un obeso empieza un tratamiento para bajar de peso, recién allì, con los primeros kilos bajados, y a veces por la mitad del camino recorrido, se da cuenta de que pasó un tiempo que NO TIENE REGISTRADO. Es el de las fotos familiares en las que no salió, los cumpleaños a los que no fué para no encontrarse con gente que podía hacerlo recapacitar, darse cuenta…Es el tiempo de sentir que en lugar del HOY todo pasa para mas adelante. El tiempo de la persona antes de hacer dieta, es el eterno MAÑANA. El del dietante, es el AHORA. Cuando hay excesos, se agranda la sensación de impotencia, y junto con ésta se magnifica el escaso dominio del tiempo. Nunca más podré comer lo que me gusta¡¡¡¡¡¡ Esta alteración dramática y melancólica del tiempo es propia del estado de dependencia de un objeto adictivo. El mundo del adicto, del obeso, entre ellos, gira en torno a las horas que va a estar «sin el objeto amado», objeto que calma, o que comenzó calmando y ahora no se puede dejar de pagarle la coima para seguir negando… Esta alteración hace lo mismo con el fumador que intenta dejar el cigarrillo, que no es casual que es el hito para cada actividad del día. El objeto adictivo, el comer en exceso, el fumar, etc. demarcan los momentos de descanso y los de placer, después de comer, en el cigarrillo, de hacer el amor, de lograr algo que costó esfuerzo, los festejos y los duelos. El objeto adictivo es OMNIPRESENTE. El tiempo es la variable que hay que tener en cuenta, cuando algo está pasando con nosotros y los excesos, las dependencias. La esclavitud resiste, el esclavo se siente seguro con el amo TIEMPO y se niega a comandar su propio proyecto. El dominio del tiempo no es un control sobre el mismo, sino una posibilidad de soltarse de sus ataduras rígidas, fatalistas, certeras. El tiempo es un registro y como tal, está para sernos de utilidad y darnos pautas de como vivir mejor. Cuando sentimos que el tiempo se nos pasa rápido, sin darnos cuenta, estamos viviendo placenteramente, plenamente. El tiempo del NO PUEDO, NO ME SALE, AHORA NO, ES UN MAL DÍA PARA… El tiempo que se hace eterno… cuidado con él. Ese es el tiempo del sufrimiento solapado, de la negación del dolor, del eterno mañana. AHORA, ES LA PALABRA.
Lic Marta Giralt