Los hábitos hacen al monje, Jorgelina. 
Y sabés de que hábitos hablo. Los que repetimos día a día, hora a hora. Es como si ellos NOS REPITIESEN A NOSOTROS.
LOS HÁBITOS NOS HABITAN. 
Por ejemplo, el de gratificarnos comiendo cosas ricas, cuando estamos tristes, o cansados, o desanimados. 
Y compensarnos con comida cuando sentimos que nos nos quieren, o no nos reconocen en nuestros valores y actos.
A diario portamos ropas oscuras para tapar eso que no queremos ver, y de última, resignamos a enviar a la bolsa de gatos de todas las cosas de MAS.¡¡MASITA!!

Hábito el que nos lleva a vivir nuestro cuerpo como un recipiente a ser LLENADO, y no un organismo diseñado para sentir y comunicarnos con el mundo. 
Si querés con formarte, y seguir podés hacerlo, SOS MUY DUEÑA…. ¿ O EL HÁBITO DE COMER DE MÁS SE ADUEÑÓ DE VOS?
Empezá a ver el amor que dan las cosas ricas, mientras te quitan las ganas de moverte, de disfrutar de tu cuerpo, de conectarte con los otros de una manera agradable, a la par. 
Todavía no podés, dada tu juventud, justificar tu gordura con vejez, ni tenés el motivo que otros tendrían, para bajar de peso, de sufrir de las consecuencias que la gordura trae en la salud y en la vida de las personas mas temprano que tarde, como diría ALLENDE el SALVADOR. 
Pero sí podés decir que sos una chica linda, y que ser gorda no es mas que una FORMA DE SER. 
Que a la gente se la acepta COMO ES. 
Ahora, vos y yo sabemos que SER GORDA NO ES LA ESENCIA DE NADIE. Ser persona es ELEGIR.
Y si uno supera la comodidad de hacer lo que se nos da la gana, no creo que la mayoría de las personas gordas eligieron seguir siéndolo.
Sobre todo, cuando se permiten darse cuenta de su poder para bajar de peso. 
Y junto con los kilos bajados, aparecen huesos que algunos nunca nos habíamos tocado antes, como costillas, por ejemplo, y otros, aunque vos te reíste mucho cuando te lo conté, se palpan el latir del corazón sin grasa de por medio, ¡¡¡y se ASUSTAN!!! Nunca lo habían notado, ¡¡¡TIENEN CORAZÓN!!!
Parece una broma o una parodia, pero vos y yo sabemos que correr y alcanzar a otra persona en la calle no es algo sencillo para las personas con sobrepeso.
Sabemos que una cosa es cubrirse y otra vestirse.
Y también sabemos que así como hay quienes practican alpinismo o deportes de altura, otros ya se resignaron a no atarse los cordones de los zapatos.
Jorgelina, me pediste que te escriba algo. 
Cumplo.

Sé que hay quienes se resignan a la comodidad de no elegir. 
Y vos, querida Jor, no sos de esas personas. Pero soles distraerte. 
Espero que esto te ayude algo. 
Un beso y feliz jueves para vos y todos los que estamos trabajando a diario en salir de las costumbres que no hacen mas que ocultar lo mejor que tenemos: nuestra libertad.